jueves, 30 de octubre de 2014

"Si Neruda viviese ya no querría noches contigo."


Háblame así, a susurros y en silencio.
Atraviesa el vacío que separa la estupidez de la locura.
Atrévete a saltar y a caer de rodillas,
pidiendo al cielo más días grises y menos sábanas blancas.

Cómete el mundo a bocados,
rompiendo los esquemas
que escribiste en aquel papel.
Rasga las etiquetas de tu ropa favorita,
porque nada de eso te define.


Que no estoy loca,
que yo ya he saltado ese vacío.
He aterrizado de rodillas en la arena mojada
y he dejado la cordura al otro lado del muro. 


Miro atrás, esperando recobrar la fe en el exterior
para poder volver a salir y ver la luz del sol,
cegarme en esas noches sin luna
y secarme como un pez fuera del agua,
porque me siento como si me ahoga 
pero veo que todo el mundo aún respira.


"Amor y otras drogas."


Un círculo vicioso de adictos al amor,
amantes dementes en busca de un chute nuevo,
con mono de ese placer instantáneo que llena
las habitaciones vacías y las camas ajenas.
Porque volveríamos a revivirlo sin pensar,
una y otra vez, sólo por morir de amor
por una noche y resucitar al siguiente día
más vivo que nunca.


Estúpidos mortales, estúpidos todos.