Y veo el odio en los ojos de la gente, ¿lo notas? La ira de los titanes, la furia de las bestias. Nos consume el ansia de poder, las ganas de adueñarnos de todo, de ser parte de algo mayor. "Oh, vamos pequeña, sonríe" me dices, pero ¿y si no hay nadie por lo que sonreír? y si el mundo apesta y lo único que nos salva de nuestra autodestrucción somos nosotros mismos.
Vivimos en el infierno... consumiéndonos a cada segundo. El señor de fuego nos ciega y nos convierte en seres que vagabundean por el mundo, sin pena ni gloria, porque no somos hombres libres, ni siquiera somos hombres.
Veo como se queman los montes, como se incendian las casas, como el fuego lo arrasa todo. Y después de la masacre llega la calma, y te juro que eso es mucho peor. La gente grita en silencio y las calles se quedan vacías, las cenizas llenan el aire y la muerte, vestida de luto, llama a cada casa.
Vende tu alma ahora que estás a tiempo, corre, huye, sé libre.