Entonces callas, y el silencio se transforma en sensaciones embriagadoras, recuerdos alegremente dolorosos que inundan tu mente hasta ahogarte. Y, cuando notas que el agua llega a tus pulmones, encuentra una vía de escape. Las lágrimas brotan para limpiar tu rostro,para calmar tu sed, para decirte que sigues viva, y que quizás, sólo quizás, tengas un corazón que funciona, aunque no quieras usarlo.