Háblame así, a susurros y en silencio.
Atraviesa el vacío que separa la estupidez de la locura.
Atrévete a saltar y a caer de rodillas,
pidiendo al cielo más días grises y menos sábanas blancas.
Cómete el mundo a bocados,
rompiendo los esquemas
que escribiste en aquel papel.
Rasga las etiquetas de tu ropa favorita,
porque nada de eso te define.
Que no estoy loca,
que yo ya he saltado ese vacío.
He aterrizado de rodillas en la arena mojada
y he dejado la cordura al otro lado del muro.
para poder volver a salir y ver la luz del sol,
cegarme en esas noches sin luna
y secarme como un pez fuera del agua,
porque me siento como si me ahoga
pero veo que todo el mundo aún respira.