Un círculo vicioso de
adictos al amor,
amantes dementes en
busca de un chute nuevo,
con mono de ese
placer instantáneo que llena
las habitaciones
vacías y las camas ajenas.
Porque volveríamos a
revivirlo sin pensar,
una y otra vez, sólo
por morir de amor
por una noche y
resucitar al siguiente día
más vivo que nunca.
Estúpidos mortales, estúpidos todos.