Que estoy a años luz de ti, de tu mentalidad de emborracharte hasta morir y resucitar al tercer día, de salir para ligar, para completarte por un momento con alguien... aunque vuestras fichas no encajen.
Que me siento mayor rodeada de gente de mi edad y me siento sola aunque no haya ni un solo segundo de silencio. Que necesito respirar para aguantar las ganas de mandarte a casa a leer, a cultivar tu mente y no usar el huerto sólo como lugar para llevarte a las tías.
Necesito espacio entre el mundo y yo para no explotar, porque cada vez es más difícil encontrar a alguien con el que un café vaya acompañado de un conversación tan placentera como la música, bajita, y al oído.
Necesito perderme para encontrarme, porque ahora sé donde estoy pero no donde debería estar.
No tengo un hogar al que quiera volver, sólo uno al que no quiero regresar.
Y te grito en silencio que lo dejes, que me dejes. Déjalo ya.